12.2.05

Padre Nuestro 1

—Padre Nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu Nombre... ah, ahí estás.
—¿Qué querés ahora?
—Sos un hijo de puta. Estás dormido, o aburrido, o muerto. Nosotros no te importamos un carajo.
—¿Ves todo esto a tu alrededor? Yo lo hice. Yo te hice a vos, gil. Encima querés que me ocupe de cada uno de ustedes. Yo no me meto, es cosa de cada quien.
—¿Para qué nos hacés sufrir, para llegar a dónde? Ya veo que te causa gracia que suframos. O peor, te da lo mismo. ¿Cuándo fue que te volviste tan viejo y tan choto?
—Qué boquita, nene. Mirá, yo soy el Padre, ¿no? Y vos uno de mis hijos. Al principio me amás, soy el modelo a seguir. Llegando a la adolescencia soy el pelotudo, el estúpido, todo lo que digo o hago está equivocado. De grande me respetás de nuevo, o me odiás, depende. O no me das bola. Y de anciano soy tu única esperanza y recién me entendés. La humanidad está en su adolescencia, es todo.
—Sos un hijo de puta. Estás dormido, o aburrido, o muerto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy visceral... lo que no entiendo es como hiciste para expresar EXACTAMENTE lo que me pasa cada vez que rezo ultimamente...

Una de dos, o te metiste en mi cabeza con algun metodo digno de lovecraft... o esto pasó realmente...

Odra