25.2.05

Odiando a Harry Potter

¿Por qué tanto desprecio a una obra que, por lo que veo, ni siquiera han leído?
He aquí mi opinión. ¡Nadie se ofenda!

Yo trabajo con todo lo que tiene que ver con el entretenimiento, ergo, por necesidad un día agarré a regañadientes el famoso primer libro de Harry Potter. Y quedé maravillado. No crean que soy un completo ignorante, he leído mucho. Sé de Tolkien, de LeGuin, de Ballard, de Weis y Hickman, etc. Los leí, varias veces, y los admiro.

Quedé maravillado con Potter porque me hizo revivir muchas cosas de mi época del colegio. Me hizo volver a la adolescencia, y además en un ambiente que para mí es muy querido: el de la fantasía. Cada libro de Potter es un nuevo año en el colegio, es volver a clases, ir creciendo, encontrar la amistad por primera vez, defenderla, perderla, odiar y amar un profesor, cuidar una mascota, toparse con la inevitable muerte, enamorarse por primera vez. Ese es el secreto de Potter, de la Rowling.

Lo demás es simplemente el entorno.

Un entorno que rebosa de elementos fantásticos. Hay brujas malvadas, pero también bondadosas, decrépitas o no; hay un tipo que cria monstruos y los defiende con todas sus fuerzas, porque los ama; hay espectros que se quejan de su vida pasada, y poltergeist que ponen todo patas arriba; hay seres tenebrosos y otros decididamente grotescos, o cómicos. El mundo de Potter es enormemente rico, aunque la Rowling no haya inventado nada. Lo que hizo esta mujer fue colocar en un nuevo contexto todos los íconos de la fantasía clásica. Eso es lo que, en realidad, hacemos la mayoría cuando escribimos. Todo parece inventado, pero la gracia es volver a contarlo, porque el arte de contar es lo que vale, el cómo se hace.

Además, en mi humilde opinión, utiliza una técnica narrativa impecable. Sus libros no son aburridos, la escritura es fluida, y provoca las sensaciones correctas en los momentos apropiados. No sé si sea mérito de la Rowling o tiene -más probablemente- un ejército de correctores de estilo.
Tampoco es malo que sea masivo. No me pongo a la defensiva en ese terreno. Creo que deberíamos tratar de escribir para la mayor cantidad de gente posible, no sólo para los entusiastas de un género en particular.

Cuando mis hijos alcancen la edad del colegio, no voy a dudar en instarlos a que lean los libros de Harry Potter. Hogwarts es un lugar fascinante para un adolescente. Y también para un adulto como yo que recuerde con nostalgia sus años de secundaria. Antes de su adolescencia, los chicos no los pueden leer ni disfrutar, porque no han tenido la experiencia de estar en el colegio, nunca fueron conscientes de estar creciendo, no han experimentado ninguna de las emociones que recrea Potter. No les puede interesar porque sólo con el entorno fantástico no le alcanza a la Rowling, ni a nadie.

En cuanto a las películas... como toda película es un distante reflejo de lo que el libro puede ofrecer. Tienen un mérito grande: todo es muy parecido a lo que uno se imagina leyendo los libros. Aunque eso también tiene que ver con la autora: escribe con claridad meridiana, con sencillez, con lo mínimo justo.

Bueno... no me peguen. Hay cosas muchísimo, muchísimo mejores que la saga de Harry Potter, pero no es una obra menor, ni despreciable. Ofrece mucho que aprender para gente como nosotros; y además nos beneficia, porque como ya se ha dicho tantas veces la Rowling logró que la literatura -en especial la fantástica- interese de nuevo a la juventud. Pero su éxito no es tan sólo el fruto de una extensa campaña de mercadeo. Anímense a experimentar librándose de todas las convenciones sobre el género, y léanlo. Podrían retornar a un mundo muy querido, ese que capaz ya no recuerdan.