8.2.05

Neurona 3

Se abre la puerta de madera verde y todos nos ponemos de pie. A continuación aparecen dos ojos de hielo pegados a un cráneo maquillado, flotando como huevos en una explosión de pelos amarillos. La mujer demonio dice solamente "buenos días señores, saquen una hojita" y avanza hasta el escritorio como un gato flaco y salvaje. Nosotros contestamos y, en ese preciso instante, Claudia (siempre hay una Claudia en las aulas, así como siempre está el pelado de la primera fila en los teatros) se rasca inconscientemente una nalga y hace chasquear el elástico de la bombacha. ¡Stack! Entonces estamos que nos salimos de los pantalones, y para colmo no tenemos idea de para qué carajo sirven las hojitas que pusimos sobre el pupitre.

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