8.2.05

Campos de luz

El pajarraco de lata atraviesa el cielo con buen tiempo, a casi diez mil metros de altura. Malvi y yo vemos a través de la ventanilla. Volamos un nuevo desierto blanco, compuesto de enormes masas gaseosas que adquieren formas gigantescas, gruesas columnas y desfiladeros, valles, acantilados y puentes hechos sólo de nubes infladas por la cegadora luz. El sol permanece sobre el horizonte proyectando sombras azuladas sobre el paisaje. Pronto aterrizaremos en Sâo Paulo y, tras una escala que suponemos breve, seguiremos volando hacia nuestro destino final, el aeropuerto internacional de Río de Janeiro. ¡Vamos a tomar sol, comer frutas hasta reventar y dormir todo el tiempo! La miro, enamorado. Estoy seguro de que tanta felicidad es para siempre.

No hay comentarios.: