10.2.05

Mini tratado anti-romántico

A la manera en que las mujeres lo conciben, el romanticismo es un exceso de planificación: mata la emoción del momento. Lo que debiera ser una rareza lo quieren repetir indefinidamente y con resultados garantizados. Están empecinadas en planificar la espontaneidad, y no me extraña que en la confidencialidad de sus charlas compartan experiencias enumeradas en un breve menú de comida al paso que saben de memoria. Lo que no entiendo es, ¿por qué insisten? Quizás deban ser ustedes las primeras en renegar del romanticismo; tengan esa valentía.

Marcelo Ríos

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